lunes, 21 de marzo de 2016

Acuarelas marzo 2016


    Los viajes a sitios inspiradores, siempre bien acompañado, a veces, te ofrecen la ocasión de reunirte con otras personas con que extender esta afición a pintar, a ver, a comentar y, porqué no, a tomar un café, una copa o disfrutar de una larga sobremesa. La reunión de todas esas cosas, sin olvidar el trabajo, debe de ser lo que se suele llamar "las musas".
   Ya he comentado en otras ocasiones que ha habido quienes escriben una obra maestra en la cárcel, como Cervantes, una buena obra de teatro en el dorso de albaranes y fotocopias ya usadas por una cara, como Antonio Gala, o quienes interpretan una música genial en un tugurio sórdido y casi hostil. No es mi caso. Para hacer algo, sólo para intentar hacerlo, cuanto mejor, mejor. En cuanto al lugar, luz, compañía, materiales, tranquilidad... Mis musas y yo somos más sibaritas, condición no reñida del todo con la de pobre.
    No es de extrañar, por tanto, que en Úbeda y Baeza o en Madrid, los dos últimos viajes, haya dibujado a gusto. Y mucho. Más de lo normal. En mi rincón puedo poner una orquídea, pesanmientos, una cafetera humeante, esparcir mis tubos y pinceles sobre una mesa enorme, con todo a mano, música de fondo y luz lateral izquierda con dos grandes ventanas que hacen esquina. No está mal. Pero dibujar en el salón del Ritz, en un palacio renacentista, en un castillo medieval, en un barrio repleto de edificios levantados por Carlos III, entre ellos el Museo del Prado o el Thyssen, la Real Academia o una iglesia neogótica, la verdad es que los lapiceros se ponen a bullir en el bolso.

   Úbeda y Baeza lo tienen todo. Ya hablamos de estas dos ciudades renacentistas en la entrada anterior. También de los amigos que allí tuvimos ocasión de ver para compartir ratos de acuarelas y de conversación, de nieves y de vinos reconfortantes. No solo la parte monumental, también el entorno es sugerente y magnifico. El fondo de las montañas con nieve, esas nieblas le que añaden encanto, la lluvia que multiplica las cosas con sus reflejos en el suelo por si la realidad no fuera suficiente... En fin, que además de los dibujos y apuntes, trajimos muchas fotos para ahora pintar con calma y cerca del radiador.

   De Madrid queda mucho por hacer a partir del material recogido en el viaje, como se dice, en forma de bocvetos, fotos y recuerdos. Estamos en ello, aunque con calma.

2 comentarios:

  1. Magníficas acuarelas, Jose!!!En buena compañía mucho mejor y en ciudades como las que has visitado,Úbeda, Baeza y Madrid, todo una lujo.
    Un abrazo!!
    Beni

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    1. Muchas gracias. Efectivamente esas compañías y esos lugares ayudan mucho a haer las cosas a guto.
      Un abrazo.

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